domingo, 28 de julio de 2013

Monumentos que quizás desconocías de Madrid (2º parte)

Después del éxito de la primera entra sobre monumentos desconocidos de Madrid os traigo la segunda parte en la que mencionaré otros monumentos, o conjuntos de monumentos siendo más exactos. 

Parque de El Capricho.

El cartel de la entrada que nos da la bienvenida.

Posiblemente uno de los parques menos conocidos de Madrid, incluso por los propios madrileños, pero de los más hermosos que podemos encontrar en la capital. El complejo de 14 hectáreas se encuentra en la actualidad en el extrarradio, en el barrio de Alameda de Osuna, dentro del distrito de Barajas. La construcción estuvo a cargo de los Duques de Osuna entre finales del siglo XVIII y principios del XIX (1789-1839) como una finca de reposo para María Josefina Pimentel. El arquitecto, Pablo Boutelou, se basó en uno de los estilos dominantes del momento, el Romanticismo, con influencias italianas, francesas e inglesas. Constituyó uno de los núcleo centrales de reunión de intelectuales y nobles de la villa de Madrid durante buena parte del siglo XIX. Durante las guerras napoleónicas en la Península Ibérica el complejo sufrió graves daños siendo recuperado después por la Casa de Osuna. A finales del siglo XIX la familia Osuna sufre estrecheces económicas por lo que tienen que vender algunas de sus propiedades, entre ellas El Capricho. Fue comprado por la familia Bauer que lo mantuvieron hasta poco antes de empezar la Guerra Civil Española. Durante esta sirvió como punto de defensa de Madrid y después de terminar, en 1943 fue declarado jardín artístico. Tras esto pasó por varias manos que se llevaron algunos de los elementos originales. En 1975 es adquirido por el ayuntamiento de Madrid y unos años más tarde comienzan los trabajos de restauración y acondicionamiento.

Mapa de todo el jardín.

Explicaré los monumentos como si de una visita virtual se tratara, en sentido de las agujas del reloj desde la plaza de toros.
Plaza de toros

Nada más pasar por la entrada actual encontramos la plazoleta conocida como la plaza de toros. El nombre no es arbitrario ya que la duquesa era muy aficionada a la tauromaquia y en vida fue valedora de algunos toreros. La estructura donde se realizaban las corridas era de madera, por ello no ha perdurado.

Vista de parte de la "calle" principal.

Desde la plaza de toros hasta el Palacio de los Duques encontramos una serie de monumentos a lo largo de un eje vertebrador ricamente decorado con plantas y flores.

Columna de los duelistas o de los enfrentados.


Invernadero 

Plaza de los Emperadores

Exedra de la Plaza de los Emperadores.

En la zona central de la gran avenida se encuentra una gran plaza abierta presidida por una exedra en memoria de la promotora del jardín, la duquesa. Cuando falleció, su nieto mandó levantar un monumento en su honor siendo rodeados por figuras de corte orientalizante relacionadas con la Venerable Fraternidad. Está rodeada por bustos clasicistas de emperadores. 


Vista aérea del laberinto

Parterres. A la derecha se encuentra el Palacio. 

A la izquierda se observa la plaza anterior, según continuamos llegamos a un conjunto de parterres (jardines florares) 

Fuentes de los delfines

Vista frontal del Palacio.

El Palacio de los Duques se construyó sobre unos viejos solares pertenecientes a otro noble, que fue ron comprados por la propia duquesa. A los pocos años de construirse se añadieron dos torres a los laterales y más tarde otras dos en la zona trasera dedicados al matrimonio. De fachada sobria, recuerda a los caserones que se construían en Madrid un siglo antes.


Búnker de El Capricho

A la izquierda del Palacio se encuentra algo que desentona con el ambiente general del parque, algo anacrónico. Edificado durante la Guerra Civil Española, en el año 1937, como centro neurálgico del Ejército del Centro del Bando Republicano dirigido por el General Miajas. Constituyó un punto vital de defensa aérea y terrestre de la capital en cuyo interior se formaron galerías internas con diferentes salidas y respiraderos que daban al exterior, por si se producía algún colapso. Desde hace unos meses se realizan visitas guiadas por el interior.

Templete de Baco

A diferencia de la mayoría los templetes que estaban dedicados a Venus, este está dedicado a Baco, inusual durante el neoclasicismo.

Estanque de los cisnes

Abejero

Curiosa construcción "dedicada" a las abejas. Los amigos de la duquesa podían pasarse largas tardes contemplando estas tareas apícolas gracias a las grandes cristaleras exteriores.

Obelisco de Saturno

Con una clara alusión a la pintura negra de Goya, Saturno devorando a sus hijos. Se encuentra situado en una pequeña plaza. 

Casa del Artillero


Fortín

Cuando caía la tarde se realizaban representaciones teatrales en los emplazamientos anteriores. Desde el fortín se construyó una ría que comunicaba con distintos puntos como el casino o el embarcadero. 

Puente de hierro


Monumento al III Duque de Osuna

Embarcadero o Casa de Cañas

Pabellón de las Esteras

En la zona norte del parque se construyó un lago de tamaño medio aprovechando la ría que servía como punto intermedio entre el casino y el fortín. La zona estaba sembrada de pequeñas embarcaciones que hacían el deleite de los visitantes. 

Entrada al jardín "Montaña Rusa".

Aunque en la actualidad está sin restaurar y cubierto por la maleza, constituía un bello jardín sobre una pequeña colina artificial.

Casino de Baile

Ubicado sobre el pozo del que emana la ría. El jabalí de piedra que se ve en primer plano servía a su vez para hacer fluir el agua desde el pozo. Desde los laterales se podía acceder en barca a los lugares anteriormente mencionados. 

Jardín de flores.

La flor favorita de María Josefa era la lila, por eso mandó plantar esta y otras flores por todo el parque. Este notable ejemplo se encuentra en el extremo del parque, junto al casino y se podía contemplar desde el mismo.

Polvorín


Casa de la Vieja

A pesar de su aspecto de casa de labranza, nunca se utilizó como tal, simplemente fue un capricho de la propia duquesa que quería recrear con el mayor realismo una casa labriega. Antes de abandonar el parque por la misma plaza de toros inicial, debemos volver sobre la avenida para contemplar los últimos monumentos. 

Estanque Nuevo.

Plaza de los plátanos

Estanque de los patos

Ermita


Convento de las Salesas Reales

Vista frontal del convento

También conocido como la Parroquia de Santa Bárbara es un conjunto compuesto por un palacete, el propio convento y una iglesia. De estilo barroco fue diseñado por Francisco Moradillo y François Carlier a petición de Bárbara de Braganza en 1748 para que constituyera un punto de encuentro y estudio para los jóvenes nobles de la villa. El convento pertenecía a las salesas (Orden de la Visitación) que habían llegado un año antes procedentes de Saboya. Al mismo tiempo, la reina quería construir un lugar para el último descanso de su marino, Fernando VI. El arquitecto Carlier inició las obras, pero un precipitado viaje a Parma hizo que pasara de manos de Moradillo quien alteró ligeramente el proyecto original. Las obras comenzaron en 1750 y tras solo ocho años fue completada, poco antes de morir la reina consorte. Durante las décadas posteriores se añadieron más obras, procedentes de donaciones privadas, que siguieron embelleciendo el complejo. Tras la expulsión de las salesas en 1870 el convento se dedicó como Palacio de Justicia y algunas de sus obras se trasladaron al Museo del Prado, la iglesia siguió teniendo la misma función. En la actualidad gran parte de las dependencias del convento y el palacio forman parte del Tribunal Supremo de España.


Vista desde un extremo de la Plaza Salesas. 

Mausoleo de Fernando VI, proyecto de Sabatini

Monumento a Bárbara de Braganza

Sepulcro de Leopoldo O'donell

Púlpito barroco

Tribuna regia

Interior de la iglesia






























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