miércoles, 24 de julio de 2013

Los monumentos de Tarraco




Trazado de la ciudad

Zona primigenia donde se empezó a construir la ciudad en torno al 218 a.C

Vista de la ciudad durante el siglo II a.C

Las primeras estructuras se construyeron en una zona elevada conformando una original disposición propiciada por la orografía del terreno. Las primeras edificaciones tenían un carácter exclusivamente militar aprovechando esta colina y un barraco que dotaba gran protección. Al poco de formarse este primer núcleo se empezaron a desarrollar los edificios residenciales, de manera separada gracias a la conocida actualmente como Vía Augusta, desde la colina hasta el puerto disponiéndose en forma de terrazas. Durante el siglo II a ambas zonas, separadas entre sí, se unen dando lugar a un gran centro urbano de unas 50 hectáreas. Cuando la zona fue pacificada en la parte superior se dispuso un conjunto monumental. Conformado por la plaza, el circo, las zonas de culto y el foro provincial. En la zona media y baja, junto a las viviendas privadas, se encontraba el foro colonial y fuera de los muros el anfiteatro, el teatro y el puerto.


Murallas de Tarraco

Vista actual de parte de la muralla

Al comienzo de la construcción de la ciudad la muralla todavía no estaba construida, en su lugar había una empalizada de madera. La importancia que empezó a cobrar el asentamiento durante la Segunda Guerra Púnica como punto de paso y abastecimiento hacia los territorios cartaginenses hace que se realice la primera muralla entre los años 217 y 197 a.C. La base se realizó siguiendo el modelo de arquitectura ciclópea con grandes bloques irregulares. Sobre estos se colocaron sillares de piedra caliza que conforman el resto del muro. En un primer momento tenían un espesor de 4,5 m y una altura de 6 m. Para reforzar toda la estructura se dispusieron varias torres de mayor altura en torno al perímetro. De esta primera fase constructiva se han conservado tres torres: la Torre del Arzobispo, la del Capiscol y la de Minerva. La primera se encuentra anexada al actual Arzobispado de Tarragona, conservando la parte inferior de época romana construida con grandes bloques de piedra. La segunda está formada por una estructura maciza con grandes bloques irregulares cuya parte superior estaba realizado con grandes sillares regulares que se conservan en la actualidad. Por último la Torre de Minerva  también formada por grandes bloques en su parte inferior y por sillares almohadillados en la superior. En esta misma zona se halla parte de un relieve de Minerva del que solo se ha conservado la mitad inferior. En la zona inferior y media se tallaron cabezas de personas y la efigie de un lobo, posiblemente gracias a la asimilación de las tradiciones íberas que formaban el sustrato de la zona. En la zona interior se ha encontrado la inscripción latina más antigua fuera de la Península Itálica dedicado Minerva. Esta torre comunicaba directamente con la Torre del Cabiscol.
En una segunda fase constructiva, entre 150 y 125 a.C aproximadamente se amplió la muralla utilizando la técnica del opus siliceum[i]
 En la en la zona inferior y  sillares almohadillados en la superior. Respecto a la etapa anterior se aumentan las dimensiones tanto en altura como en grosor, 12 metros y 6 respectivamente siguiendo el modelo de la primera etapa. Se dispusieron puertas de cara al exterior, de carácter ciclópeo, que aún hoy se conservan. No se construyeron torres durante esta etapa ya que su finalidad, una vez pacificada la zona, era de ordenamiento de la ciudad. Tenía una longitud en torno a los 4 km de los que solo se conservan 1,3 km.


Torre del Arzobispo
Torre del Cabiscol

Torre de Minerva. En la parte superior izquierda se aprecia el relieve de Minerva.

Foro Provincial

Maqueta y reconstrucción del foro provincial

Desde la fundación de la ciudad la parte más alta, donde estaba ubicado este conjunto, era de propiedad estatal. Su extensión total era de 7,5 ha aproximadamente distribuido en tres espacios: dos plazas rectangulares y el circo. Junto a esto se encontraban diversos espacios dedicados a la administración de la ciudad. Fue levantado en esa zona debido a su estratégica posición desde donde se podía vigilar la región durante la época del emperador Vespasiano en torno al año 73 d.C. La parte más elevada estaba dedicada al culto imperial. Tenía unas dimensiones de 153 x 136 m con tres de los cuatro lados porticados con un muro de 9 m de altura y coronado por un templo dedicado a la diosa Roma[ii]

de unos 15 m de altura. El acceso se realizaba mediante la  plaza de representación del Foro Provincial de 375 largo por 175 de ancho. También estaba porticada, y además ajardinada y decorada con estatuas de sacerdotes y eminencias de la ciudad, de manera similar a la zona superior y contaba a su vez con otro templo imperial. En él se ubicaban importantes edificios públicos como los archivos del Estado (o tabularium) y las arcas donde se almacenaban el erario. En la actualidad  sobre el recinto del culto se alza la Catedral de Santa María de Tarragona y sobre la plaza de representación del Foro Provincial se construyó el actual barrio medieval.

Vista de la actual plaza donde se encuentra la Catedral.

El Pretorio

Vista  actual de la conocida como Torre de Pilatos.

Consiste en una torre de sección rectangular de 30 x 25 m y con una altura de 22 m.  Construida con grandes sillares bien perfilados siguiendo la técnica del opus quadratum.[iii]
La parte inferior hasta los 5 metros de altura está formada por los materiales originales romanos, el resto es de factura medieval. Mediante un sistema de pasillos y escaleras se podía acceder de manera más rápida al Circo o al Foro Provincial sin necesidad de pasar por la zona central del complejo. En la parte inferior, de manera subterránea, se encontraban los pasadizos para acceder directamente a las gradas del Circo. Durante la Edad Media se utilizó como residencias de nobles y reyes sufriendo multitud de modificaciones y remodelaciones para poder cumplir con sus nuevas funciones. Actualmente se encuentra en un magnífico estado de conservación  anexionada al Museo Arqueológico  Nacional de Tarragona.


Circo de Tarraco

Planta del Circo romano de Tarraco.

A diferencia de otras ciudades romanas, donde el circo se encontraba fuera de las murallas, en Tarraco se encontraba intramuros. Este importante hecho estaba unido a su singular disposición construido junto a los otros elementos del foro imperial. Fue edificado como línea divisoria entre las estructuras  imperiales y los barrios residenciales y de residencial  durante el gobierno del último emperador de la Dinastía Flavia, Domiciano. Fue el último edificio del Foro Provincial que se construyó. Debido a su ubicación su tamaño se encontraba en consonancia con el espacio disponible. Medía 325 m de largo por 115 de ancho. En el interior   se encontraba la arena de cuyas medidas eran de 290 m por 75 m y una espina vertebradora en la zona central de 190 m de longitud.  Utilizaron  las técnicas del opus quadratum y opus caementicium[iv]
para las estructuras principales y sillerías para las escaleras, el podium y la fachada. Bajo la cavea, donde se ubicaban las gradas y la tribuna  se hallaba un sistema de bóvedas de 93 m de longitud que permitían sostener parte de la estructura constituyendo una estructura hueca. Tenía a su vez otra función, la de distribuir a las personas por las gradas. En la zona lateral oeste se encontraban las cocheras para el almacenamiento de los carruajes o carceres. También la puerta de acceso principal conocida como porta Pompae. Al lado opuesto, al este se hallaba una salida para los participantes heridos que durante las carreras podían sufrir accidentes, se llamaba porta livitensis. Junto a esta se encontraba la entrada de acceso a las gradas utilizado por  la mayoría de los espectadores.  En esta zona junto a las partes laterales se colocaban las gradas. En este caso, en la zona norte,  había una colina, sin embargo se excavó en vez de hacer directamente las gradas sobre ellas principalmente para la construcción de las bóvedas bajo ellas. Es en el norte donde se encontraba la tribuna presidencial o pulvinar, que contaba con un acceso directo desde el Foro para las personalidades.
Desde su construcción se empleó para la representación de carreras de cuadrigas y bigas  durante los juegos circenses durante unos 300 años hasta el siglo V d.C cuando fue abandonado y paulatinamente sustituido por viviendas. Hay pruebas suficientes para pensar que, hasta el siglo VII d.C se siguiera utilizando parcialmente   Tras perder su función original  durante la Edad Media se utilizó como sede para transacciones comerciales y ferias. Más tarde el resto de estructuras visibles se emplearon como base para nuevas construcciones. Esto permitió que se conservara de manera excepcional, en comparación con otros circos romanos. En la actualidad se conservan tres arcos de medio punto de la fachada pertenecientes a la cabecera. Uno de ellos daba paso a una bóveda para la circulación interna  por el edificio. El central permitía el acceso a la parte superior del circo y más tarde a las gradas. Allí se han encontrado unas perforaciones que hacen indicar que habría una verja metálica para bloquear su acceso cuando no había espectáculos. De la cavea se conserva  un núcleo de cemento  que estaría revestida de piedra, donde se sentaría la gente. Correspondería a la mitad de la curva.  El gran público puede visitar todo el complejo en la actualidad.

Vista aérea desde el pretorio donde se observa parte de las gradas.

Parte original conservada de las bóvedas bajo la cavea.
Vista parcial de la zona donde se aprecia la zona de intercambio entre el pretorio y el circo


Foro Local o Colonial de Tarraco

Vista aérea del foro en la actualidad.

Tarraco se convirtió en la capital, primero de Hispania Citerior y más tarde de la provincia Tarraconensis. Por ellos junto al Foro Provincial se encontraba el Foro Local. Allí se determinaban los asuntos administrativos y comerciales de la ciudad, además de ser el punto de reunión cotidiano tanto de las élites como del resto de ciudadanos. Había una primera plaza de época republicana con templos dedicados a Juno, Júpiter y Minerva. Toda la zona sería porticada más tarde para delimitarla del resto de la ciudad. Durante el mandato del emperador Augusto, junto a la construcción del teatro, se abrió parte del muro para una mejor accesibilidad. Ya en época tiberina en la plaza se construyó una basílica, con una elevación ligeramente superior al resto del foro, de tres naves separada de las naves laterales por columnas, catorce en las partes longitudinales y cuatro en las partes transversales. En uno de los lados se levantaron doce pequeños establecimientos o tabernae utilizados como locales comerciales o pequeños centros administrativos. Detrás de esta basílica se ubicaba una cisterna anterior a su construcción. Por último durante el último tercio del siglo I, durante la dinastía Flavia, a los pies del foro se construyó un mercado. La plaza tiene unas dimensiones de 58 x 12,5 m, las galerías porticadas tenían una anchura de 6,10 m y los establecimientos tenían un tamaño relativamente pequeño con 2,9 x 3,9 m. Debajo de todo el conjunto y del empedrado se ubicaban colectores y alcantarillas que desembocaban en el puerto.
En el siglo IV d.C se abandona esa zona de la ciudad y destruido por una incursión de los bárbaros. Hasta el siglo XIX no se sabía su ubicación exacta hasta que se comenzó a edificar esa parte de la ciudad. En la actualidad se encuentra encajonado entre las calles Gasómetre, Lleida y Cardenal Cervantes. Se conservan los basamentos originales de la mayoría de las columnas y siete columnas originales pertenecientes a la basílica. Dentro de ella se observa un basamento donde seguramente habría una estatua de un emperador. De los establecimientos se han conservado nueve, con mayor o menos grado de deterioro. Se han reconstruido completamente dos de ellos que albergan restos encontrados en la basílica como relieves de un arco triunfal que serviría como punto de entrada. También se conserva una calle empedrada y enlosada.


Reconstrucción de dos tabernae

Vista detallada de parte del Foro Colonial


Teatro de Tarraco

Planta del Teatro de Tarraco

Edificado a finales del siglo I a.C durante el mandato de Augusto en un lugar cerca del puerto y fuera de las murallas. Seguía los cánones habituales para la construcción de un teatro. Se aprovechó una pequeña loma para levantar la cavea, donde sus asistentes se acomodaban siguiendo sus estatus social. La escena, donde se realizaban las representaciones teatrales, estaba en una superficie elevada decorada con una exedra[v]. A su espalda había una zona ajardinada con un estanque y esculturas.
Tuvo una vida útil constante hasta finales del siglo II d.C cuando la población de la ciudad se decantó más por los espectáculos del anfiteatro y el circo. un siglo más tarde se produjo un incendio que fue el desencadenante de su abandono, reutilizando el solar para viviendas. En la actualidad podemos encontrar los cinco primeros escalones de la grada en torno a la orchestra, los escalones laterales para el acceso y los soportes para colocar el telón, o aulaeum, en su ubicación original. En el Museo Nacional Arqueológico de Tarragona se encuentran algunos capiteles y estatuas que componían la decoración.  Se descubrieron los resto a finales del siglo XIX.

Vista frontal del teatro en la actualidad.


Anfiteatro de Tarraco

Planta del anfiteatro. La zonas coloreadas representan iglesias cristianas más tardías.

Construido a las afueras de la ciudad, cerca de la Vía Augusta, durante el siglo II d.C con el patrocinio de un sacerdote imperial o flamen imperial encargado del culto, ofrendas y sacrificios para las deidades del Panteón romano. Para su construcción se aprovechó una ligera inclinación natural del terreno edificando la estructura con una forma elíptica y excavando parte de la grada en la roca. La cimentación se logró gracias al uso del opus caementicium construyendo una serie de galerías abovedadas bajo la cavea consiguiendo así una estructura hueca. EL total del conjunto mide 110 m de largo x 87 de ancho, la arena mide 62 m de largo y 39 de ancho. Tenía una capacidad aproximada de 14000 espectadores. Las gradas estaban aterrazadas en tres niveles siguiendo la disposición tradicional en este tipo de construcciones. Bajo la arena se encontraba la fossa bestiaria, espacio utilizado para guardar los animales, llegados por mar en su mayoría, utilizados durante alguno de los espectáculos.
En el primer cuarto del siglo III d.C, durante el mandato del emperador Heliogábalo, se reformó el anfiteatro decorando el exterior y añadiendo una inscripción en torno a él para recordar tal acto. Se considera la inscripción de mayor longitud de Hispania. De este mismo siglo se conservan una pintura mural que representa a la diosa de la venganza, Némesis, a la que se encomendaban los gladiadores, junto con un genius y un venator[vi]. También un recinto sagrado dedicado a la misma diosa. A mediados del mismo siglo el obispo de Tarraco, Fructuoso, y dos Diáconos,  Augurio y Eulogio, fueron martirizados en la arena. Ya en el siglo V se construye una basílica de tres naves en la misma zona y en el siglo XII una iglesia románica. Durante el siglo XIX es utilizado como cárcel. Más tarde se reconstruye el anfiteatro y se consolida.
En la actualidad se encuentra en buen estado de conservación pudiéndose observar la fossa bestiaria, parte del graderío, dos entradas a la arena y los cimientos de la iglesia.

Vista en la actualidad del Anfiteatro de Tarraco.


Acueducto de Las Ferreras

Vista en la actualidad del acueducto.

También es conocido como el Puente del Diablo. Se construyó durante el mandato de Augusto con un sistema de canales subterráneos o salvando los desniveles que llevaban el agua desde el río Francolí hasta la ciudad, un poco antes de llegar  a la ciudad se dividía en dos brazos para la parte alta y baja. El acueducto mide 215 m de longitud y su altura máxima es de 26m. Se realizó con la técnica del opus quadratum utilizando sillares sin emplear mortero para su sustentación. Un hecho destacado es el uso de doble arcada para salvar el barranco. Consta de 25 arcos en la parte superior y 11 en la inferior. El canal superior por el que circulaba el agua o specus es el original.
La magnífica construcción fue utilizada hasta finales del siglo XVIII. En la actualidad se encuentra en un estado casi perfecto de conservación pudiendo ser visitado ya que se encuentra a 4 km al norte de la ciudad dentro de un entorno rural.

Vista del canal que actualmente es transitable.

Necrópolis de Tarraco

Vista del exterior del Museo y algunos sarcófagos encontrados.

Fue construido ya en la época final del Imperio Romano, siendo utilizado desde los comienzos de la ciudad y más tarde desde el siglo III d.C hasta finales del siglo VII por los cristianos. Se encuentra en la orilla oeste del río Francolí. Es considerado uno de los mejores conjuntos cristianos de Europa Occidental habiéndose encontrado multitud de restos, monumentos funerarios, incineraciones, exequias y sobre todo sarcófagos, de los cuales se han encontrado unos 2000, muchos de ellos en buenas condiciones. Del siglo V se han encontrado los restos de una basílica donde se han encontrado los sepulcros de los mártires del siglo III anteriormente citados.
Fue descubierto en 1923 mientras se realizaba la construcción de una fábrica. Durante diez años se realizaron excavaciones arqueológicas donde se documentó parte del conjunto. En la actualidad estas zonas no son visitables para el gran público. Sin embargo se construyó un museo, de carácter historicista, que alberga una buena colección de elementos encontrados durante los trabajos arqueológicos. Destacan mosaicos paleocristianos (como el de Óptimo), sepulcros pertenecientes  a diferentes escalas sociales o figuras votivas como una muñeca articulada de marfil del siglo IV.

Vista actual de las excavaciones.

Mosaico de Óptimo.

Muñeca de marfil.


Torre de los Escipiones

Vista frontal del monumento.

Es un monumento funerario construido por una familia patricia de Tarraco a finales del siglo I d.C realizado con sillares regulares. De planta casi cuadrada y elevándose en tres alturas. La parte inferior actúa como podio para sustentar el resto de la estructura. En la zona media se encuentran dos esculturas que se han identificado con el dios Atis, procedente de la mitología oriental, amante de Cibeles y asociado a los ritos funerarios. De manera incorrecta se pensó que eran los hermanos Escipiones, Publio y Cneo, generales durante la Segunda Guerra Púnica. La parte superior no se ha conservado, se intuye que podría tratarse de algún tipo de estructura que culminaría en pirámide. En el interior se halla un compartimento para albergar una urna y diversos ajuares funerarios. 
Se encuentra en un estado aceptable de conservación, siendo uno de los monumentos funerarios más conocidos de Hispania, a 6 km de Tarragona lindando con la Vía Augusta.


Arco de Bará

Vista frontal del arco en la actualidad.

Construido colindando a la Vía Augusta durante la época del mismo emperador. Siguiendo la técnica del opus quadratum empelando bloques regulares de caliza encajados. La parte inferior consta de dos podios sobre los que se alzan dos pilares donde se labraron cuatro pilastras en cada lado rematadas con capiteles corintios. Es de un solo vano con un arco de medio punto. En la parte superior se dispuso un entablamento con un friso[vii] y un arquitrabe. En la parte más alta hay una corsina parcialmente reconstruida con elementos originales encontrados en las inmediaciones. Sobre él se situaría un ático del que no se conserva nada. El conjunto mide 12 m de largo por 2,4 de ancho con una altura de 12, 3 m.
Reconstruido durante el siglo II su ubicación actual está a unos 20 km al norte de Tarragona en una rotonda ajardinada en la carretera N-340.

Cantera El Médol

Vista de parte de la cantera donde se aprecia la parte más destacada, la Aguja de Medol

En la zona circundante a la ciudad se conocen la existencia de multitud de canteras que abastecían a la ciudad con piedra. Esta es la mejor conservada de toda la provincia, ubicada también en las inmediaciones de la Vía Augusta. Es una gran hondonada artificial de más de 200 m de longitud y espacios de 10 a 50 m de anchura provocados por la extracción de piedra en época romana. La parte más significativa del recinto es el monolito de 16 m desde donde se iniciaron las explotaciones de la cantera. Durante su vida útil se calcula que se extrajeron unos 50000 m³. Parte de los edificios más significativos de Tarraco se realizaron gracias a esta cantera, con un tipo de piedra caliza llamada lumaquita. En menor medida se siguió empleando de manera irregular durante la Edad Media.
Aunque en la actualidad los terrenos pertenecen a una empresa privada están administrados por el Museo de Historia de Tarragona y se puede visitar. A pesar de la vegetación a día de hoy se aprecia los restos de los canteros.


Viviendas y Villas de Tarraco

Debido a que gran parte de las viviendas se encuentran enterradas y bajos construcciones modernas y no se han excavado todavía. Dependiendo de la zona habría viviendas de personas adineradas o domus combinados con bloques de varios pisos o insulae.
En las inmediaciones del núcleo urbano se han encontrado dos villas, la de Centcelles y la de Els Munts.

La villa dels Munts está fechada en el siglo I d.C construida sobre una pequeña loma a 12 km de Tarraco. Diseñada como un lugar de residencia para un magistrado de la provincia, Caius Valerius Avitus. A parte de ser un lugar residencia, el recinto tenía ternas, jardines y decoración en las paredes con pinturas y mosaicos. En el tercer cuarto del siglo III se abandonó debido a un incendio. Un siglo más tarde se realizaron trabajo agrícolas a su alrededor, siendo ocupada pero no restaurada, manteniéndose su actividad hasta el siglo VI.

Vista aérea del yacimiento en la actualidad.

La villa de Centcelles y su mausoleo. Hubo un primer emplazamiento del silgo II a.C que fue abandonado dos siglos más tarde. Su momento de mayor esplendor se produce en el siglo IV cuando se construye una nueva villa dedicada a la explotación agraria y unas termas romanas anexas que serían reconvertidas en talleres musivaras y en un mausoleo. De planta octogonal en el interior se conservan un riquísimo plantel de pinturas y mosaicos que decoraban el mausoleo. Tanto esta opulencia como la técnica empleada han revelado que estaba erigido para acoger la tumba de una eminente personalidad de la provincia. Algunos estudiosos han asociado algunos de los mosaicos con el emperador Constante por lo que es probable que fuera su mausoleo.
El conjunto en el actualidad es visitable habiéndose construido un armazón protector a su alrededor y un museo con reconstrucciones y maquetas.

Vista aérea del complejo.



[i] Técnica constructiva originaria de la zona italiana central utilizada principalmente entre los siglos VI y I a.C, caracterizada por la superposición de grandes bloques de piedra, apenas cortados, a veces de grandes dimensiones, unidos por es el propio peso de las piedras lo que asegura la estabilidad de la estructura.
[ii] Deidad femenina que personificaba la ciudad de Roma y, en un sentido más amplio, al Estado de Roma.
[iii] Técnica desarrollada por griego y romanos durante el siglo VI a.C cuyo uso perduró durante la época imperial. Se colocaban sillares de piedra de la misma altura que se establecían en hiladas paralelas sin la aplicación de mortero.
[iv] También conocido como hormigón romano. Combinaban mortero y un agregado formado por materiales como grava, ladrillos rotos, escombros... para crear una mezcla resistente parecida al hormigón.
[v] Construcción descubierta, de planta semicircular, con asientos fijos en la parte interior de la curva, y respaldos también permanentes.
[vi] Se puede traducir como cazador. Aunque participaban en la arena no eran considerados gladiadores. Estaban especializados en la caza y la práctica de trucos con animales salvajes.
[vii] El texto dice: EX TESTAMENTO L.LUCINI L. SERG. SURAE CONSACRATUM, pero está incompleto por la pérdida de algunos sillares. 

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